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lunes, 17 de abril de 2017

Sobre la Madurez y otros ingredientes...

“No es que estés solo,
lo que pasa es que has llegado a un lugar donde
 los otros aún no te han alcanzado.
Alejandro Jodorowsky

"Madurar es
aprender a querer bonito
extrañar en silencio
Recordar sin rencores
y olvidar... muy despacito"
Frida Kahlo 

Para J.M.

La vida nos premia a veces con la incertidumbre, aquella que de alguna manera nos permite evaluar nuestros propios procesos humanos, los verdaderos: amar, respetar, comprender y empatizar con otros. No siempre es fácil o difícil, simplemente es; simplemente sucede. y el objetivo de todos y cada uno de nosotros es sobrepasar las circunstancias aprendiendo de ellas.
 
A mi manera de ver, eso se llama madurar. Cuando practicamos valores humanos y somos capaces de generar más valores a nuestro alrededor comenzamos a construir una visión diferente de nuestro entorno y de nosotros mismos, y que,  de manera automática es percibida por otros con los que nos acercamos o distanciamos más, porque una va atada a la otra por equilibrio natural.

La propuesta de vivir se basa en el intercambio, no en aquel donde abunda lo material, aquello que se impone por lo que hemos querido llamar el corporativismo abundante de la sociedad, que determina qué es crecer y en qué dirección, sino el que permite el goce espiritual, por así decirlo (existen muchas formas de interpretarlo, incluso terrorismo hippy, desadaptación, escojan la suya), con quienes compartimos espacios, llámese pareja, trabajo, comunidad. Este intercambio, crece en la medida que crecemos como individuos y es claro, que nadie deja de crecer.

Hoy en día hablamos de un ser humanista (que igual es seducido por el estatus) que se empareja, se
monetiza (¡ojo, no por eso son peores!) se arropa de discursos, altares y tribunas… nos convencen de que lo estamos haciendo mal y nos hacen creer que nuestra propuesta de vivir no es exactamente la más adecuada… - ¡Está bien! Exclaman con profunda lástima. Pero no estás creciendo… Incluso cuando asumes que ellos tienen la razón… estás creciendo, estás aceptando que existe algo del otro lado de esta orilla que te permite replantear tus jugadas en la mesa, porque aunque el discurso sea del otro las cartas están en tus manos. Puedes preguntarte, algo que sugiero con frecuencia. ¿Comparado con qué... estoy creciendo, no soy exitoso, no me va bien, no logro pareja o soy más humano?...

Cuestionarnos de esa manera nos permite al menos anclar el nuevo punto de partida… y eso mis queridos amigos es madurar…

Que descansen…
Elio Montiel.