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martes, 28 de mayo de 2019

De las huellas que dejamos



A las 12:30 de la noche sonó mi teléfono y aunque soy una persona de hábitos nocturnos, no suelo dejarlo encendido a esas horas. Sin embargo, esa noche olvidé apagarlo y atendí la llamada en automático. Sin extrañezas y sin siquiera darme cuenta de la hora.
La voz al teléfono saludó confiada de mi nocturnidad por lo que no dudé en responder con amabilidad, aunque con cierta intriga. Disculpa la hora. Pero se que te acuestas tarde y hoy estuve pensando en ti por lo que me dieron ganas de hablar contigo. Dijo con Seguridad.
Superado el hecho de que me conocen como noctámbulo, apremié un poco lo que hacía para prestar atención, sobre todo porque no soy de los que se quedan horas pegado al teléfono saltando de un tema a otro sin más.
Después del intercambio de saludos y preguntas de rigor, dijo: Vi un post en tu blog que hablaba sobre ser lo que se debía ser sin temor y que podíamos cambiar el pasado. De momento, no atiné a recordar el texto, pero como casi siempre estas conversaciones derivan en otros temas, no me preocupé demasiado.
Le pregunté, si no le había funcionado la píldora y se echó a reír por el auricular respondiendo – Necesito una nueva receta de tus píldoras. Respondí con risas y aguardé esperando los síntomas.
¿Qué tan importantes son las huellas que dejamos en los demás?
Sobreponiéndome a la sorpresa comprendí que la pregunta a mi pesar, sería el gatillo de una larga conversación.
¡Toda!  Respondí tan rápidamente como me permitió salir de la pausa. Continué diciendo. Nuestras acciones son elementos desencadenantes por naturaleza, todo lo que hacemos deja esa huella , que por sencilla o difícil que parezca o sea, marca de forma indeleble nuestras vidas y las de otros, porque aun cuando no lo creamos, se trata de un camino de doble vía y aunque no se trata de ir custodiando cada paso que damos, sí, de como queremos vivir nuestras vidas. No se trata simplemente de un aspecto moral ya que nuestras acciones pueden pasar de lo moral e incluso trascenderla.
Nuestras acciones de por sí, parecieran tener vida propia, autonomía, siguen su curso si que lo sepamos, o tal vez sí. Sentencié.
¿Te dormiste? Pregunté a manera de chiste. ¡De ninguna manera! Respondió mi interlocutor.


Cada acción hecha por el hombre ha construido lo que somos, incluso la inacción, es de hecho una acción, y todo en un sentido u otro deja las huellas de las que hablas. De esa manera construimos la historia de nuestras vidas, de la humanidad.
Del otro lado de la línea, escuche un profundo suspiro. Solo debe preocuparte que tanto bien puedes hacer en medio de tus circunstancias, tu visión  de la vida y de quien eres a fin de cuentas.
Terminé diciendo que quisiera con mi vida, no haber sido o ser la desdicha de otros y que mis acciones en su ignorado o conocido efecto hayan construido algo mejor para los demás.
Espero que tu pregunta haya sido respondida y que mi acción de responderte haya dejado una huella en cierto sentido, positiva.
Ya tengo la receta. Me dijo.
A lo que le respondí. Ahora búscala en la farmacia de tu corazón.

Buenas noches
Elio Montiel
Para píldoras para dormir conmigo mismo.
28/05/2019