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lunes, 28 de septiembre de 2020

¡Quiero ser presidente! O sobre la Utopía de Momo

 


Angel Caído. Elio Montiel. Acrílico
sobre tela. 70 x 50 cm. 2006

La historia de hoy no iba a ser escrita, y quienes me siguen, saben que por lo general, suelo escribir con cierta periodicidad; pero los ánimos no estaban del todo bien y había resuelto tomarme el día, lo que por lo general resulta ser más productivo y ocupado de lo que suele ser.

Al llegar a casa de las compras de la mañana; ¡Oh sorpresa! Encontré a Momo arrellanado cual mendigo frente a mi puerta haciendo lo que le es más fácil hacer: dormir.

A su lado, el bolso raído que gritaba: ¡por favor, lávame! Lo cual me hizo pensar que se había vuelto a ir de casa. Me quedé observándolo, pensando en que nuevo lio se había metido esta vez…

El sonido de la llave al abrir la cerradura lo despertó. Tomó su bolso y pasó como “Pedro por su casa” literalmente. Se detuvo unos segundos dándome la espalda y luego se volvió hacia mí, me descargó de algunas bolsas y las llevó a la cocina. Volvió a la sala y se arrojó al sofá en plan Superman. Mientras, yo lo observaba, observarme por el rabillo del ojo.

¡Caramba! Dije: ¿Y que le trae por estos lares al Ciudadano Momo? Pretendiendo sonar un poco irónico. ¡Días sin venir! Exclame con falsa sorpresa.

No, no ha pasado nada. Dijo con la barbilla al pecho, y sí, tenía tiempo sin venir. Completó después de bostezar largamente. Me miró desde las bajuras de su flojera, tendido en mi sofá y dijo en tono muy serio: Quiero hablar contigo.

¡Muy bien! Contesté. Generalmente no suele pasar Comenté con sorna. ¿Y que te inquieta esta vez? En el mismo tono de sorna anterior, en tanto que sacaba los abastos de las bolsas.

Nada… quiero que me asesores…

¡Wow! ¡Asesor del Sr. Momo! ¡Que dignidad! ¿Y en que quieres que te asesore?

Se incorporó con aires de seriedad y me respondió de corrido. ¡Quiero ser Presidente!

 Hablado con sinceridad, debo decir que aquella frase me puso la piel de gallina. Fue tan sincero al decírmelo que casi me creo lo que decía.

A ver Momo, cómo es eso de que quieres ser presidente. ¿Presidente de qué?

Presidente. Respondió convencido y alzando los con liviandad los hombros. ¡Presidente de la Nación! Enfatizó como si se diera cuenta de que no lo creía una sola palabra de lo que decía.

¡Espera! Pero, ¿Qué sabes tú de ser Presidente? Nada. Respondió tan tranquilo. Por eso es que he venido a hablar contigo para que me asesores…

Momo, pero si tu no sabes de política ni leyes, ni de economía, ¡en fin! Ignoras muchas cosas que hay que saber. Se me quedó viendo fijamente y francamente, pensé que abandonaría y diría como siempre: ¡Es una broma! Por el contrario, se levantó del sofá y dijo. ¡Tengo el propósito de ser Presidente de esta Nación!

Sentí tanta convicción en aquellas palabras, que se me erizó la piel. Momo esta vez, hablaba en serio…

Me senté. No podía evitar darme cuenta de que esa nueva actitud, en profundo conflicto con su aptitud me había aflojado las piernas y auguraba para mi un dolor de cabeza.

Lo que dices es muy grave. Dije con demostrada sorpresa

Pero, ¡es que todo está mal hecho y sin lógica, nada funciona!

Aquella palabra: “Lógica” parecía llegar desde un universo paralelo y no de la boca de Momo. Y debo decir que estaba en un “Shock” oscilante entre reír y creérmelo. ¡Mas cerca de reír claro!

De manera paternal le expliqué que para eso necesitaba tener un programa político, una oferta válida para las personas, además de conocimientos, ¡no sólo propósito!

Su respuesta fue aun mas sorprendente. Bueno, aunque pero no los tenga, ¡hay otras personas que sí! Y pueden ayudarme. ¡Tú por ejemplo! ¡Necesitamos cambiar cosas!

 Terminé de guardar las compras y me acerqué nuevamente a la sala y le dije. A ver Momo, te diré unas palabras sueltas y tu me dirás lo primero que se te venga a la cabeza ¿Vale?

¡Vale! Respondió.

Educación…

Sabía que eso sería lo primero que dirías. ¡Momo el Adivino!

Un poco más serio dijo. “Hay que cambiar la forma en que se educa a las personas, tiene que ser de una forma que ellos sientan que son personas y no un semillero de máquinas para hacer lo que otros quieren, pero sobre todo formarlos en la capacidad de corresponder con lo que aprendan

Política…

Se sentó, como si supiera que Yo iba en serio…

Papá siempre decía que todos éramos políticos, cosa diferente a ser de un partido. Por tanto, si todos somos políticos debemos participar con seriedad en las decisiones que nos afectan a todos pero siempre con honestidad y compromiso. Exclamó.

Justicia…

Se quedó en silencio unas fracciones de segundo e inmediatamente dijo con los cachetes inflados. No hay justicia si quien se encarga de ella, no la practica para sí y para los demás.

Economía…

No sé nada de economía, ¿Si? Pero sé que debe haber alguien honesto que lo sepa y la mejor forma de saberlo es que exista una especie de tribunal de competencia, que pueda decidir “Momo, no sabe de economía, pero fulano, sí” y así también para todo lo que haga falta para hacer  una nación feliz y que sepa que tiene propósito su existencia…

Trabajo…

A estas alturas del partido, comenzaba a convencerme que,  a quien tenía frente a mí no era Momo sino un Alienígena ¿Me lo habrán secuestrado? Sumergido en mis propios pensamientos escuchaba en el fondo a Momo decir su discurso de la importancia que tiene el trabajo para hacer sentir útil a cada individuo “no es ni siquiera lo que haces, sino que lo haces y recibes respeto por ello”

Ambiente y recursos naturales…

Voy a hacer como haces tú para explicarme ciertas cosas. Esta mañana me regalaron una revista donde vi ilustraciones de hombres, mujeres y niños rodeados de un paraíso verde, donde animales y seres humanos compartían relajadamente. “Edén” decía, pero entendí que no se trataba de que el león no se comiera al hombre o el hombre no cazara al elefante, sino del respeto a las vidas de todas las especies…

Dos largas horas se sucedieron. Yo recitando palabras como una lista de mercado y Momo, este “Alienígena” que me había llegado a casa, disertando sobre muchas cosas, sin pretender o parecer estar en lo correcto, con respuestas para todo y también preguntas para todo…

Lo interrumpí para decirle que me parecían excepcionales sus opiniones, pero que ya era muy tarde. Le propuse entonces una tarea.

Busca el significado de la palabra “Utopía” Si después de conocerlo, aun quieres seguir siendo Presidente… Te acompañaré en el camino, si decides que no, también…

Momo recogió su bolso, y se dirigió a la puerta. Se volvió hacia mi y con una muy seria expresión en su rostro me dijo: Nos vemos mañana.

 Confieso que si la frase hubiese sido ¡Era una broma! Me habría sentido decepcionado.

Hasta mañana Momo, a veces los sueños no deben soñarse, deben construirse…

Se sonrió y cerró la puerta.

Yo me quedé pensando en cuan sorprendentes pueden ser las personas.

 

 

Elio Montiel

Para Píldoras para dormir conmigo mismo

Septiembre 2020

 

 

domingo, 13 de septiembre de 2020

SOBRE LA TERAPIA DE ESCRIBIR Y DE LEER

 



Los dos Lados (Detalle). Elio Montiel. Dibujo en tinta
sobre papel. 21 x 30 cm. 2020

No siempre existe la motivación para escribir, esa clase de automatismos no existen, o al menos en mi caso, Yo ejercito mis procesos en la escritura, realizando notas que en un momento dado pueden adquirir significado, un relacionamiento que pareciera acordar con circunstancias específicas de nuestro día a día. 

Una especie de terapia que con el tiempo se ha convertido en una disciplina que a mí en lo particular, se me presenta muy productiva en lo que a creatividad y desarrollo de mis ideas se refiere. 

Hace algunos días conversaba con un amigo al que, por razones distintas a las mías, le tocaba llevar un diario de manera terapéutica. Me decía lo difícil que era relacionar los hechos que escribía con sus verdaderas necesidades terapéuticas. 

Al principio me fue fácil explicarle que la intención de esa herramienta era que expresara sus emociones haciendo conscientes sus pensamientos, ideas y sentimientos. Le comenté que solía recomendar la biblioterapia como estrategia terapéutica, si embargo, hoy día no hay mucha gente que se interese en la lectura estos días, pero no la descarto como alternativa junto a la terapia de escritura. 

Frente a mí, mi amigo me observaba en silencio. 

La lectura, expliqué; dinamiza tu imaginación haciéndote ser parte de la trama del libro, caminar los mismos caminos del autor y sus personajes, vivir las aventuras y desventuras de ese otro ser imaginario, que puede, entre muchas otras cosas, servirte de hilo conductor dentro de la trama de tus emociones, tu vida y tus sentimientos. 

Lo pertinente de la escritura como agente “sanador” o terapia es que te permita extraer aquello que te inspire desde la perspectiva de tus propios ejemplos y puedas salir adelante con ello. Escribe la poesía de tu vida, no un diario de derrotas y miedos. ¡Escribe un cuento! El que quieras protagonizar con tu propia vida y dejar atrás aquello que te lastima. 

Luego de unos segundo, mi amigo preguntó: ¿Algún libro que me recomiendes? 

“Más Platón y menos Prozac” de Lou Marinoff 

Ambos nos quedamos observando por la ventana de la casa desde donde se podía ver como poco a poco iba acercándose el atardecer. 



Elio Montiel 

Para Píldoras para dormir conmigo mismo 

Septiembre 2020 





miércoles, 2 de septiembre de 2020

De la ciencia ficción y la Isla de la Soledad

 

Colour me True Black XII. Elio Montiel. Ilustración
Digital. 1800 x 1676 Pxl. 2019

El agua de la tetera comenzó a hervir, nada mejor que el aroma evocador del café, sobre todo el de la tarde que parece revivir a cualquiera que a las tres de la tarde necesite evitar una pequeña siesta.

En la sala de la casa me esperaba un gran amigo con el que comparto la misma pasión por la literatura de ficción. Advertí su sonrisa de satisfacción al ver las grandes tazas de café en mis manos. La conversación continuó relajada, nuestras voces sobresalían del repiquetear de la lluvia que caía afuera y la atmósfera era propicia para una conversación tranquila.

-          Entonces ¿te parece que el cine de ficción advierte de la realidad futura?

-          Siempre he creído firmemente en eso. No hay nada de mayor importancia que una persona con imaginación futurista. Nuestro mundo está hecho gracias a esas mentes que imaginaron un mundo terriblemente real en nuestros días. Dije con convicción.

La conversación se tornó más profunda al tomar como ejemplo algunas películas y series que en el pasado describían nuestra realidad actual. ¡El tiempo les ha dado la razón! Dije finalmente sonriendo.

-          ¿Incluso lo negativo?  

-          Seguramente. Respondí.

Quiere decir, ¿aceptar sin la menor protesta lo que nos sucede? No necesariamente.  Para mí, en lo personal me es difícil aceptar las cosas así nada más. Es mi naturaleza, mi sentido de justicia, sólo que suelo darles tiempo a las cosas, ver que maduran finalmente. Dije: decidir cómo actuar ante ellas.

-          Pero en el interín pierdes el tiempo, sentenció.

Respondí con mi frase cliché “El tiempo no se pierde, se vive, se respira o simplemente pasa” Es decir no te desprendes, las circunstancias suceden siempre por una razón que desconocemos en principio. Quitarle peso a cada situación que parece derrumbarnos, es como la metáfora de las aguas del rio que fluye en nuestras vidas; “siempre vuelven a ser cristalinas cuando pasan las tormentas. Ellas mismas arrastran las aguas pantanosas”. ¡mira el tamaño de milagro que somos!

Lo cierto es mi querido amigo que no podemos reducir todo a la simpleza o complejidad que pueda parecernos el momento, las circunstancias o las personas, por eso siempre será una cuestión de decidir como movernos en esas aguas, como conectarnos con todo lo que nos rodea. Siento que eso es lo que hacen estas mentes maravillosas… no ven el futuro, ven a las personas, a su entorno y juegan a imaginarlas en otros contextos con sus características, valores y sueños. Si se aplicara esa formula en la sociedad, la política, la educación, quizás hasta hubiésemos superado ya a esas civilizaciones que proyectamos en una pantalla de cine o televisión.

-          Tú también eres una de esas mentes imaginativas. Dijo como siguiéndome el juego.

No podemos quedarnos, o mejor dicho creernos la Isla de la Soledad. Es necesario expandir nuestras ideas, nuestra filosofía de vida y valores, nuestra consciencia de ser. Siempre digo que somos una de esas centrales telefónicas antiguas. Uno decide con qué plug o actitud y en qué línea llamémosla circunstancia, se conecta. La pregunta final es qué tan asertivos estamos dispuestos a ser. De qué manera queremos compartir este mundo para conducirlo a esos nuevos momentos o circunstancias futuras que a veces, simplemente a veces, imaginamos.

 

Elio Montiel

Para Píldoras para dormir conmigo mismo

Septiembre 2020