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miércoles, 2 de septiembre de 2020

De la ciencia ficción y la Isla de la Soledad

 

Colour me True Black XII. Elio Montiel. Ilustración
Digital. 1800 x 1676 Pxl. 2019

El agua de la tetera comenzó a hervir, nada mejor que el aroma evocador del café, sobre todo el de la tarde que parece revivir a cualquiera que a las tres de la tarde necesite evitar una pequeña siesta.

En la sala de la casa me esperaba un gran amigo con el que comparto la misma pasión por la literatura de ficción. Advertí su sonrisa de satisfacción al ver las grandes tazas de café en mis manos. La conversación continuó relajada, nuestras voces sobresalían del repiquetear de la lluvia que caía afuera y la atmósfera era propicia para una conversación tranquila.

-          Entonces ¿te parece que el cine de ficción advierte de la realidad futura?

-          Siempre he creído firmemente en eso. No hay nada de mayor importancia que una persona con imaginación futurista. Nuestro mundo está hecho gracias a esas mentes que imaginaron un mundo terriblemente real en nuestros días. Dije con convicción.

La conversación se tornó más profunda al tomar como ejemplo algunas películas y series que en el pasado describían nuestra realidad actual. ¡El tiempo les ha dado la razón! Dije finalmente sonriendo.

-          ¿Incluso lo negativo?  

-          Seguramente. Respondí.

Quiere decir, ¿aceptar sin la menor protesta lo que nos sucede? No necesariamente.  Para mí, en lo personal me es difícil aceptar las cosas así nada más. Es mi naturaleza, mi sentido de justicia, sólo que suelo darles tiempo a las cosas, ver que maduran finalmente. Dije: decidir cómo actuar ante ellas.

-          Pero en el interín pierdes el tiempo, sentenció.

Respondí con mi frase cliché “El tiempo no se pierde, se vive, se respira o simplemente pasa” Es decir no te desprendes, las circunstancias suceden siempre por una razón que desconocemos en principio. Quitarle peso a cada situación que parece derrumbarnos, es como la metáfora de las aguas del rio que fluye en nuestras vidas; “siempre vuelven a ser cristalinas cuando pasan las tormentas. Ellas mismas arrastran las aguas pantanosas”. ¡mira el tamaño de milagro que somos!

Lo cierto es mi querido amigo que no podemos reducir todo a la simpleza o complejidad que pueda parecernos el momento, las circunstancias o las personas, por eso siempre será una cuestión de decidir como movernos en esas aguas, como conectarnos con todo lo que nos rodea. Siento que eso es lo que hacen estas mentes maravillosas… no ven el futuro, ven a las personas, a su entorno y juegan a imaginarlas en otros contextos con sus características, valores y sueños. Si se aplicara esa formula en la sociedad, la política, la educación, quizás hasta hubiésemos superado ya a esas civilizaciones que proyectamos en una pantalla de cine o televisión.

-          Tú también eres una de esas mentes imaginativas. Dijo como siguiéndome el juego.

No podemos quedarnos, o mejor dicho creernos la Isla de la Soledad. Es necesario expandir nuestras ideas, nuestra filosofía de vida y valores, nuestra consciencia de ser. Siempre digo que somos una de esas centrales telefónicas antiguas. Uno decide con qué plug o actitud y en qué línea llamémosla circunstancia, se conecta. La pregunta final es qué tan asertivos estamos dispuestos a ser. De qué manera queremos compartir este mundo para conducirlo a esos nuevos momentos o circunstancias futuras que a veces, simplemente a veces, imaginamos.

 

Elio Montiel

Para Píldoras para dormir conmigo mismo

Septiembre 2020

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