Buscar este blog

lunes, 27 de abril de 2020

Sobre las quejas, las lecciones de la vida y las reflexiones


La gente se queja mucho, pero se acobarda a la hora de actuar.
Quieren que todo cambie, pero se niegan a cambiar.
Pablo Cohelo

El Pesimista se queja del viento; el optimista espera que cambie;
El Realista ajusta las velas
William Arthur Ward
Rasgos Aparentes
Fotografía Elio Montiel 


¿Cómo has estado?
Estos días han sido terribles y aleccionadores
¿Es una queja o una reflexión?
La voz al teléfono quedó en silencio brevemente.
… ambas. Terribles como para quejarse y aleccionadoras como para reflexionar
Un nuevo silencio me dio la alternativa de capear, aunque fuera un poco, a la voz del teléfono.
Siempre he dicho que la queja no es otra cosa que “un darse cuenta” de la realidad. Otro tema es como respondemos a esa realidad; bien manteniendo la inacción o bien haciendo un peldaño de ella para elevar nuestra condición humana.
Existen muchas respuestas posibles, a decir verdad. Muchas vías, algunas equivocadas, otras menos. Algunas acertadas, otras menos. Sin embargo, son la dinámica que nos sostiene y nos permite entender nuestros verdaderos límites.

Conocí una historia del pasado en la que había un Líder de una población de Cátaros perseguidos como herejes. Este líder decidió salir a rescatar a varios de los miembros de su pueblo, entre ellos niños y mujeres que estaban en riesgo de morir. A penas le acompañaban unos pocos hombres con poco conocimiento en el uso de armas. Luego de lograr el rescate decidió quedarse en la retaguardia para impedir fueran seguidos por sus acosadores. Esperó escondido y enfrentó a sus perseguidores con valentía…

Mucho tiempo después supe que Cátaro significa “puro”.
No siempre las cosas son grises II
Ilustración Elio Montiel
¿Qué relación debería tener esto con la queja o la reflexión? Me pregunté. Simplemente en que tomar decisiones para expandir nuestros límites implica observar todo desde su naturaleza, así las decisiones acertadas tendrán más posibilidades de surgir en cualquier circunstancia.
El mundo de hoy se revela de manera compleja, por otro lado, la naturaleza nos enseña desde sí misma, desde su forma más pura como continuar… ¿A caso no es algo digno de aprender?
En cuanto al líder Cátaro, perdió la vida en ese enfrentamiento en solitario, no obstante, pudo salvar las vidas de muchos de sus compañeros, mujeres y niños que pudieron continuar sus vidas; lo cual puede sonar terrible… pero verdaderamente aleccionador.

La voz al teléfono suspiró y dijo. Supongo entonces que debo hacer acopio de paciencia, comprender hasta donde llegan mis límites y actuar en consecuencia con valentía…
Supones bien. Respondí. Descansa, para mañana hay un nuevo día que espera para ser estrenado.

Que tengan un buen Sueño

Elio Montiel

Abril 2020. En plena cuarentena


martes, 21 de abril de 2020

Sobre Tareas de escuela, la clase de química y un final de estrellas



A mis dos Padres…



Le passager de pluie con Momo II
Elio Montiel
Una llamada a mi teléfono me alcanzó justo cuando levantaba las sábanas para acostarme. Una voz apagada me comunicó el fallecimiento de la madre de un amigo. A decir verdad, no le conocía mas que por su sazón, debido a la costumbre que tenía de compartir la comida con mi amigo a la hora del almuerzo en el trabajo. Me despedí de mi interlocutor, quien estaba verdaderamente apesadumbrado y poco a poco fui alejándome de la cama y acercándome a la ventana de mi cuarto desde donde pude ver un maravilloso cielo estrellado.

Los ojos de mi sobrino me observaban como si quisiera atraparme en una hipnótica fotografía mental, mientras intentaba torpemente explicarle qué era la química, para una tarea de la escuela. Yo no paraba de hablar de organismos, plantas, átomos, moléculas y todo lo que se me venía a la cabeza tratando de recordar las clases de Química que mi querido Profesor Medina del bachillerato, se esforzaba en explicar a un grupo de estudiantes que a la hora de su clase solo pensaban en qué habría de comer en casa para el almuerzo
En fin… “la tabla periódica contiene todos los elementos de los que están hechas las cosas… aluminio, plata, sodio, plomo, magnesio bla, bla, bla, entre muchos otros …” y enfaticé para cerrar el tema que "...de esos simbolitos que aparecen en esa famosa tabla están hechas todas las cosas que podemos observar en el día a día, e incluso algunas de ellas se combinan para transformarse en otras con diferentes características”. Dije.
Recordé aquella clase del Profesor Medina en la que dijo “En el universo, la materia no se destruye, solo se transforma” y decidí que era una excelente manera de darle el desesperadamente ansiado punto final a la conversación.
De pronto, mi sobrino con cara de preocupación, rompió su silencio y preguntó: ¿Las personas también se transforman? Le dije sí, mientras intentaba colocarle el pijama apresuradamente. Al asomar su cara por el cuello de la franela como si fuera una burbuja de jabón ya tenía la siguiente pregunta en los labios. ¿Cuándo uno se muere… se transforma?
Ante tamaña pregunta de asociación, no me quedo otra salida que responderle afirmativamente y tragar grueso. Sus ojos se abrieron y yo vi símbolos de interrogación brillando en ellos.  ¿Quiere decir, que mi abuelito se transformó?
Pues sí… Sentí que le había resuelto a mi pequeño sobrino una gran preocupación. Si, tu abuelito se transformó porque el estaba hecho de los mismos elementos de lo que están hechas las cosas que vemos día tras día y podría decirse que está en todas partes. En tu pijama abrazándote, en tus juguetes preferidos, en Mami y Papi… ¡hasta en las estrellas!
No siempre las cosas son grises
Elio Montel
¿Y en ti?
Si, y en mí…
Simplemente cuando lo recordamos, actuamos o hacemos cosas como el las hubiese hecho podemos darnos cuenta de que el siempre está allí… Ahora bien, ¡Hora de dormir! Mañana será otro día.

A veces no entendemos la muerte como una transición, como un descanso renovador, pero lo que si está claro para mi ahora mismo, aquí, en este preciso instante… es que puedo contemplar las estrellas…

Que descansen

Elio Montiel
Para Píldoras para dormir conmigo mismo.
Abril 2020

domingo, 12 de abril de 2020

Sobre Sancho Panza, Don Quijote y la empatía

16 horas y contando. Caracas Venezuela
Fotografía Emon Arte y Reciclaje - Elio Montiel

¡Tengo una rabia por dentro que ya estoy sobrepasado! 

¡Aló! Respondí ante tan aturdidor inicio de conversación telefónica. ¡Estoy bien, gracias! 

¡Disculpa amigo! Se escuchó decir la voz de mi interlocutor al otro lado de la línea. ¡Pero es que estoy al borde con todo lo que está pasando! 

¡No, si ya me lo puedo imaginar… 

Ataqué entonces diciendo: Mi vecina, la de al lado, ¿sabes? Tú la conoces. No hace otra cosa que venir a cada rato a pedirme alguna cosa, justo cuando estoy a punto de comer, la siesta o ir a comprar eso mismo que me está pidiendo. Ni hablar de las redes, los mensajes de voz etc. que me llevan aturdido con tanto mensaje inoportuno, innecesario y en mayor cuantía aquellos que no te dejan nada para pensar. ¡Y ni siquiera responden! ¡Justo ahora que necesito encontrar las medicinas de la abuela! ¡Aaaaaah, para eso sí que noooooooo… 

En fin… Y Tú, ¿Qué me cuentas? 

Hubo un silencio del otro lado de la línea y finalmente mi interlocutor habló de manera calmada, compasiva, y diría yo que ¡hasta paternal! 

¿Sabes? Dijo “Tómalo con calma, a veces sí, es un fastidio las cosas que nos pasan, pero de alguna forma nos indican, nos ponen en perspectiva aquello que nos causa malestar y nos ayuda a entender qué cosas están bajo nuestro control y qué cosas no…” 

En ese momento le dije ¿Recuerdas nuestras clases de castellano y Literatura con la Profe Zaccaro? Cuando nos habló de Don Quijote y Sancho Panza y nos explicó aquello de la ¿Sanchización? Dudó un momento, pero como ya adivinaba yo, respondió. No, no lo recuerdo. 

En fin… dije. El punto era que Don Quijote, se encontró a sí mismo vencido por la realidad y una repentina cordura. Sancho le ruega que siga en su sueño gentil y caballeresco, que siga luchando… que continúe derrotando los fantasmas de los molinos de viento y rescatando a las bellas doncellas que se presenten en su camino; que no desistiera de su hidalguía. 

Ahora bien, te confieso que nada de lo que te dije anteriormente es cierto. No existe la tal vecina pedigüeña e
En La Tamanaco 2
Fotografía Emon Arte y Reciclaje - Elio Montiel
inoportuna. A bien gracias tengo un cálido contacto con los amigos por las redes, cosa que agradezco todos los días. ¡Ah y mi abuela murió hace varios años! 

Lo que te quiero decir, es que somos por naturaleza seres empáticos, aunque a veces se nos olvida o no lo practicamos. Somos capaces de sentir al otro y sus circunstancias en correspondencia con las nuestras. Basta solo el disparador, el gatillo que despierte nuestro natural sentido humano. Para mi es como un séptimo sentido que tenemos. 

Mi amigo hizo silencio y luego me dijo: Pero no estoy tan gordo, ¿verdad? 

Como Sancho. Le dije. ¡Ah! Y para que no llegues a ningún borde, hay cosas manuales para hacer, bríndale entretenimiento a tu cerebro y que mejor que hacer cosas con las manos. Cuando termine el banquillo que estoy haciendo, te lo mostraré… 

Un tranquilo y sosegado gracias de despedida se escuchó en mi auricular antes de cerrar la llamada. 



Felices sueños. 



Elio Montiel 




lunes, 6 de abril de 2020

¿Quién nos salva?



El Hombre está condenado a ser libre;
porque una vez arrojado al mundo,
él es responsable de todo lo que hace.
Depende de Usted darle significado (a la vida).
Jean Paul Sartre

Círculos Dinámicos I - Elio Montiel - Emon Arte y Reciclaje
 Tocó a mi puerta y dijo: Acabo de preparar esta pasta. Cómela y me regresas el envase… En mi mente resonaban voces de agradecimiento e ideas que aparecen en mis mundos paralelos (así siento como a veces funciona mi cerebro). Al fondo la voz de mi vecina se escuchaba lejana explicando el uso que daba al envase para colocar la comida que su hijo se llevaba al trabajo.
Momentos antes yo había llegado de la calle y la encontré en el portal de la casa, le obsequié un pan que traía y conversé con ella un rato. Finalmente, al entrar a casa me di cuenta que ya era la hora del almuerzo y no había preparado nada de comer. Tocaron la puerta y…
Mi cabeza o mi cerebro pareciera a veces trabajar en diferentes dimensiones, una parte escribe las ideas que aparecen, mientras en otra dimensión calculo el material que debo utilizar para hacer ciertos trabajos, en otra dimensión discuto con mi pensamiento, crítico por demás y en otras… bueno, en otras, pasan cosas. Lo cierto es que muchas de las “cosas” que aparecen repentinamente en mi cabeza me llevan a reflexionar. Y pienso como una cuestión de fe que la cotidianidad es aleccionadora y nos invita justo a eso… reflexionar.
Todos en algún momento necesitamos tener una profunda sensación de seguridad, salvarnos de las vicisitudes, pero cuando eso no sucede siempre buscamos aferrarnos a algo que nos permita al menos sentir que es posible. Al escuchar la palabra salvación, surge en mí de manera inmediata la pregunta ¿De qué?
Salvarnos de aquello que interrumpe nuestra seguridad, nuestra tranquilidad, nuestra vida, nuestros
Jajajajajajajaja - Elio Montiel Emon Arte y Reciclaje
empleos. Sin embargo, no obramos para lograr esa salvación, no actuamos conforme a la seguridad o la tranquilidad que deseamos, no dudamos en poner en riesgo nuestra vida o la de otros. ¿Quién nos salva? Nos salvan nuestras acciones, la red de relaciones que establecemos en la vida, la sinceridad, la solidaridad, los valores. Todo aquello que producimos con nuestra humanidad es lo que nos salva. Hay una dimensión dentro de mi cabeza que me dice que todo es un circulo que se repite infinitamente, obrar para que esa regla no falle es imperativo para la salvación. Hoy podemos salvar, mañana podemos ser salvados y en ese ínterin concretar lo que nos hace felices. “Cada acción hecha por el hombre ha construido lo que somos, incluso la inacción, es de hecho una acción, y todo en un sentido u otro deja las huellas de las que hablas. De esa manera construimos la historia de nuestras vidas, de la humanidad.[1]