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domingo, 12 de abril de 2020

Sobre Sancho Panza, Don Quijote y la empatía

16 horas y contando. Caracas Venezuela
Fotografía Emon Arte y Reciclaje - Elio Montiel

¡Tengo una rabia por dentro que ya estoy sobrepasado! 

¡Aló! Respondí ante tan aturdidor inicio de conversación telefónica. ¡Estoy bien, gracias! 

¡Disculpa amigo! Se escuchó decir la voz de mi interlocutor al otro lado de la línea. ¡Pero es que estoy al borde con todo lo que está pasando! 

¡No, si ya me lo puedo imaginar… 

Ataqué entonces diciendo: Mi vecina, la de al lado, ¿sabes? Tú la conoces. No hace otra cosa que venir a cada rato a pedirme alguna cosa, justo cuando estoy a punto de comer, la siesta o ir a comprar eso mismo que me está pidiendo. Ni hablar de las redes, los mensajes de voz etc. que me llevan aturdido con tanto mensaje inoportuno, innecesario y en mayor cuantía aquellos que no te dejan nada para pensar. ¡Y ni siquiera responden! ¡Justo ahora que necesito encontrar las medicinas de la abuela! ¡Aaaaaah, para eso sí que noooooooo… 

En fin… Y Tú, ¿Qué me cuentas? 

Hubo un silencio del otro lado de la línea y finalmente mi interlocutor habló de manera calmada, compasiva, y diría yo que ¡hasta paternal! 

¿Sabes? Dijo “Tómalo con calma, a veces sí, es un fastidio las cosas que nos pasan, pero de alguna forma nos indican, nos ponen en perspectiva aquello que nos causa malestar y nos ayuda a entender qué cosas están bajo nuestro control y qué cosas no…” 

En ese momento le dije ¿Recuerdas nuestras clases de castellano y Literatura con la Profe Zaccaro? Cuando nos habló de Don Quijote y Sancho Panza y nos explicó aquello de la ¿Sanchización? Dudó un momento, pero como ya adivinaba yo, respondió. No, no lo recuerdo. 

En fin… dije. El punto era que Don Quijote, se encontró a sí mismo vencido por la realidad y una repentina cordura. Sancho le ruega que siga en su sueño gentil y caballeresco, que siga luchando… que continúe derrotando los fantasmas de los molinos de viento y rescatando a las bellas doncellas que se presenten en su camino; que no desistiera de su hidalguía. 

Ahora bien, te confieso que nada de lo que te dije anteriormente es cierto. No existe la tal vecina pedigüeña e
En La Tamanaco 2
Fotografía Emon Arte y Reciclaje - Elio Montiel
inoportuna. A bien gracias tengo un cálido contacto con los amigos por las redes, cosa que agradezco todos los días. ¡Ah y mi abuela murió hace varios años! 

Lo que te quiero decir, es que somos por naturaleza seres empáticos, aunque a veces se nos olvida o no lo practicamos. Somos capaces de sentir al otro y sus circunstancias en correspondencia con las nuestras. Basta solo el disparador, el gatillo que despierte nuestro natural sentido humano. Para mi es como un séptimo sentido que tenemos. 

Mi amigo hizo silencio y luego me dijo: Pero no estoy tan gordo, ¿verdad? 

Como Sancho. Le dije. ¡Ah! Y para que no llegues a ningún borde, hay cosas manuales para hacer, bríndale entretenimiento a tu cerebro y que mejor que hacer cosas con las manos. Cuando termine el banquillo que estoy haciendo, te lo mostraré… 

Un tranquilo y sosegado gracias de despedida se escuchó en mi auricular antes de cerrar la llamada. 



Felices sueños. 



Elio Montiel 




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