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martes, 21 de abril de 2020

Sobre Tareas de escuela, la clase de química y un final de estrellas



A mis dos Padres…



Le passager de pluie con Momo II
Elio Montiel
Una llamada a mi teléfono me alcanzó justo cuando levantaba las sábanas para acostarme. Una voz apagada me comunicó el fallecimiento de la madre de un amigo. A decir verdad, no le conocía mas que por su sazón, debido a la costumbre que tenía de compartir la comida con mi amigo a la hora del almuerzo en el trabajo. Me despedí de mi interlocutor, quien estaba verdaderamente apesadumbrado y poco a poco fui alejándome de la cama y acercándome a la ventana de mi cuarto desde donde pude ver un maravilloso cielo estrellado.

Los ojos de mi sobrino me observaban como si quisiera atraparme en una hipnótica fotografía mental, mientras intentaba torpemente explicarle qué era la química, para una tarea de la escuela. Yo no paraba de hablar de organismos, plantas, átomos, moléculas y todo lo que se me venía a la cabeza tratando de recordar las clases de Química que mi querido Profesor Medina del bachillerato, se esforzaba en explicar a un grupo de estudiantes que a la hora de su clase solo pensaban en qué habría de comer en casa para el almuerzo
En fin… “la tabla periódica contiene todos los elementos de los que están hechas las cosas… aluminio, plata, sodio, plomo, magnesio bla, bla, bla, entre muchos otros …” y enfaticé para cerrar el tema que "...de esos simbolitos que aparecen en esa famosa tabla están hechas todas las cosas que podemos observar en el día a día, e incluso algunas de ellas se combinan para transformarse en otras con diferentes características”. Dije.
Recordé aquella clase del Profesor Medina en la que dijo “En el universo, la materia no se destruye, solo se transforma” y decidí que era una excelente manera de darle el desesperadamente ansiado punto final a la conversación.
De pronto, mi sobrino con cara de preocupación, rompió su silencio y preguntó: ¿Las personas también se transforman? Le dije sí, mientras intentaba colocarle el pijama apresuradamente. Al asomar su cara por el cuello de la franela como si fuera una burbuja de jabón ya tenía la siguiente pregunta en los labios. ¿Cuándo uno se muere… se transforma?
Ante tamaña pregunta de asociación, no me quedo otra salida que responderle afirmativamente y tragar grueso. Sus ojos se abrieron y yo vi símbolos de interrogación brillando en ellos.  ¿Quiere decir, que mi abuelito se transformó?
Pues sí… Sentí que le había resuelto a mi pequeño sobrino una gran preocupación. Si, tu abuelito se transformó porque el estaba hecho de los mismos elementos de lo que están hechas las cosas que vemos día tras día y podría decirse que está en todas partes. En tu pijama abrazándote, en tus juguetes preferidos, en Mami y Papi… ¡hasta en las estrellas!
No siempre las cosas son grises
Elio Montel
¿Y en ti?
Si, y en mí…
Simplemente cuando lo recordamos, actuamos o hacemos cosas como el las hubiese hecho podemos darnos cuenta de que el siempre está allí… Ahora bien, ¡Hora de dormir! Mañana será otro día.

A veces no entendemos la muerte como una transición, como un descanso renovador, pero lo que si está claro para mi ahora mismo, aquí, en este preciso instante… es que puedo contemplar las estrellas…

Que descansen

Elio Montiel
Para Píldoras para dormir conmigo mismo.
Abril 2020

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