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martes, 4 de marzo de 2014

Paternidad Usurpada




A lo largo de los años he tenido la buena fortuna de aun sin ser padre, he sido llamado como tal, he querido, amado y celado como padre, pero desde la distancia que amerita saber que no lo soy. La confianza que algunos han depositado en mí junto con su afecto, he debido resguardarla del celo, la incomprensión y el equilibrio afectuoso que en medio de las diferencias y circunstancias no ha sido fácil. 
Mi vida ha estado marcada por el afecto de lo que suelo llamar mi familia extensa, mis amigos, que con el tiempo, aun cuando contrariados por las diferencias de ideas, criterios o puntos de vista en millones y millones de aspectos, siguen ocupando su espacio en mi vida, siendo importantes, comprensivos y comprendidos.
Siempre han habido los “momentos críticos”, cuando a manera de consuelo han buscado el apoyo que consideran puedo darles y he razonado con ellos tratando de establecer la mejor dirección para sus inquietudes y malestares, sin aprobar o desaprobar lo que sus padres han dicho. ¡Seguro!  que en muchos momentos me he mordido la lengua para no decir algo impropio y que de alguna manera ponga en entredicho la opinión de quienes ocupan la maravillosa responsabilidad de ser padres. Ha sido difícil, después de todos soy de los que cree, que el afecto existe para ser profundo y a veces eso nos hace errar con facilidad.
Los Venezolanos hemos crecido bajo la figura paternal y responsable de un gran ilustre, una estrella en el firmamento democrático que edificó nuestro país sobre la base de principios y valores que conservan su vigencia en esta contemporaneidad agobiante,  donde la sobre posición de intereses individuales parece ¡pero solo parece! mermar la valía de sus ideas y pensamientos.
Hablo del Bolívar Padre, del Bolívar angustiado por su deseo de paz para nuestro pueblo, angustiado por la naturaleza humana que siempre conoció íntimamente en cada lucha, en cada batalla que emprendió para defender con justicia a nuestra patria. Su idea de unión ganó muchos adeptos y detractores, pero su constancia y su ideal americano, permitieron que trascendiera cada obstáculo y los laureles de la victoria rodearan su cabeza… es así como nos enseñaron que era nuestro padre, el Bolívar hombre que nos enseñó que cada pueblo sería libre a su manera y disfrutaría de su soberanía, según la voluntad de su conciencia y que la libertad absoluta era lo opuesto al poder absoluto y que el punto medio entre estos dos extremos era la absoluta libertad social.
Así me habló la historia del Padre de mi Nación…
Hoy cuando enfrentamos la epidémica enfermedad de la desunión entre hermanos, he sentido pena por mi Padre, el Padre de mi Patria, cuya paternidad usurpada por el delirio personalista y traidor, de una absoluta incomprensión de su voluntad, de sus ideales, su obra y sus pensamientos; celebran figurines de una nueva historia que quieren imprimir en las células del pueblo con la herramienta impune de la ignorancia y la pobreza como una nueva paternidad que se jacta de dar todo por el pueblo.
Yo, junto a otros hermanos que crecimos bajo tu egida pondremos la vida porque tu pensamiento inunde el corazón de todos y cada uno de tus hijos, sin preferencias, ni desuniones, porque Tú nos dejaste el legado de la hermandad… …de ser Venezolanos.

Feliz noche para todos… Hasta el final!