Sabré que llegaste,
por la brisa helada que siempre dejas entrar
y azota las puertas,
quiebra los cristales de la ventana…
como un espíritu que intenta recobrar su pasado físico
lleno de contrastes.
Sabré que llegaste
porque se habrá esparcido en el aire
el aroma extraño que deja el recuerdo.
Y los pétalos mustios al pie de la botella
dirán ebrios de tristeza que partiste
con la última hoja de otoño
que se llevó la brisa…
Casa vacía
Elio Montiel
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