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lunes, 6 de julio de 2020

Una Postal al futuro

Vincent's Shadows
Acrílico - Elio Montiel


…Temo a la inseguridad que se me plantea a futuro y sabes las implicaciones que tienen para mi y la familia. Dijo en tono preocupado. Los cambios que he tenido que hacer, de repente, me parecen errados, así como las decisiones, ahora me parecen poco realistas…

Le interrumpí y dije. Toda decisión, en cuanto al futuro, nunca es realista, estamos hablando del futuro. Hice una pausa para dejarle continuar hablando, sin embargo, me miró como si buscara respuestas.

Continué entonces diciéndole la frase “Cliché”. El pasado ya pasó, por consiguiente, no puedes hacer nada, lo hecho, hecho está. El futuro aun no ha llegado, entonces, lo que te queda en las manos es el presente. En mi cabeza resonó un “flash back” de mi época del tercer grado en el que escuchaba a mi maestra Gladys. ¿Presente indicativo del verbo Hacer? ¡Yo hago! Respondíamos a coro los chicos de la clase.

Hace tiempo atrás, al final de una actividad de capacitación, la persona a cargo, nos obsequió a cada participante, una postal diciendo: Escriban en esa postal su dirección de habitación y un mensaje para Ustedes relacionado con las expectativas creadas a partir de la culminación de este seminario. Cada uno de nosotros escribió el mensaje solicitado y al terminar, el facilitador nos pidió de regreso las postales, advirtiendo que en unos meses nos la enviaría y podríamos tener una medida de cuanto impacto habíamos obtenido de la experiencia del seminario. Algunos meses después recibí en casa la postal prometida y al leer el mensaje, pude darme cuenta que no había podido o querido realizar aquello con lo que de alguna manera había establecido un compromiso en aquel seminario.

Recuerdo haber sentido cierta decepción por no haber logrado todo aquello que en aquel momento había prometido y vaya que si le di vueltas e hice acopio de cuanta escusa encontré tratando de disculparme con aquella postal… o conmigo.

Finalmente entendí que el contexto en el que preparé aquella postal, no era con precisión una medida de tiempo, sino que era para los efectos, la suma del tiempo, el espacio, la forma o circunstancia y el individuo o persona; lo demás era de por si irrelevante. La persona que era en el momento ya no era más, las formas o circunstancias, ya no eran más, el espacio y el momento tampoco, entonces la postal era irrelevante, caminé unos pasos y la deposité en un cesto de basura. Recuerdo que con lo que sí me quedé fue con el ejemplo de aquel facilitador y su ejercicio de compromiso.

Mi amigo me observó e intentó decirme algo, pero volvió a guardar silencio y se quedó pensativo. Me retiré un momento para buscar dos tazas de café en el mostrador de la cafetería en la que me había citado.

De regreso en la mesa mi amigo se inclinó hacia mi y dijo: ¿Lo que tengo es el presente entonces? Si, respondí. El presente es lo que tienes y en el puedes cambiar el pasado y preparar el futuro, pero como dije, en el futuro las circunstancias, la persona, el tiempo y el espacio habrán cambiado y dependerá de ti qué será lo irrelevante y con qué te quedarás para continuar el camino. Todo se resumirá en el compromiso que hayas hecho, porque eso será lo único tangible que tendrás y a partir de allí seguirás construyendo cada cosa, otros momentos de tu vida. No pierdas el tiempo en angustiarte sobre lo que pasará y utiliza todo tu empeño, aquí y ahora para darle forma a tus sueños.

Nos despedimos como siempre con un gran abrazo, no hacía falta más.



Elio Montiel

Para Píldoras para dormir conmigo mismo

2 comentarios:

  1. Valorar este instante, sin duda que estas ultimas semanas he aprendido eso. Hermoso Elio, gracias por compartirlo.

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  2. Gracias por tomarte el tiempo de leerme!

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