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miércoles, 10 de junio de 2020

Sobre la ética, las decisiones y los afectos




Daze II
Ilustración Digital - Elio Montiel

Llegué a casa y me dispuse a preparar algo ligero para cenar, encendí la tele y de regreso a la cocina sonó la campanilla de mi celular. Lo había apagado horas antes durante una función de danza a la que había asistido. El mensaje decía: ¡Responde! ¡Tengo rato llamando! 

Continué hacia la cocina y preparé un sándwich de mermelada mientras me decía: ¡Vamos! Que de ligero nada, azúcar y carbohidrato. Reí para mis adentros mientras preparaba un segundo sándwich. 

Respondí al mensaje parcamente: Estaba en una función de danza 

Pocos minutos después sonó el teléfono y del otro lado de la línea se encontraba la persona que me había escrito momentos antes. 

Te llamé, pero no atendías al teléfono. Dijo. Supuse que ya estarías en el teatro. Recordé que hoy era la función de la que me habías hablado mucho después de enviarte el mensaje. ¿Cómo estuvo la función? 

¡Extraordinaria! La disfruté… Del otro lado de la línea se hizo silencio hasta que finalmente retomé la conversación compartiendo algunas impresiones sobre la función. 

Necesitaba hablarte. Me interrumpió. He estado un poco desorientada con todos los cambios que he tenido que hacer y los que aún faltan, no me siento centrada estos últimos días. Sobre todo, por los afectos que al final terminan por rendirme. Hoy tuve que despedir a varios compañeros de trabajo de la oficina. Aunque seleccioné a algunos que no eran del todo correctos, lamenté no poder brindarles la seguridad de una recomendación. Sabes que para mi la honestidad es un punto determinante. A otros logré ubicarlos en compañías del ramo y los menos afortunados de ese grupo se llevaron una excelente recomendación. Me sentí muy mal, no es nada ético para mi… 

En esa pausa le dije. Hay muchas historias y anécdotas de grandes personalidades de referencia, o de simples hijos de vecina que podrían servirnos como ejemplos de ética. Nuestras acciones siempre estarán atadas a nuestros principios y nuestra ética es esa parte de la piel con la que decidimos vivir y determina el aspecto moral con el que decidimos actuar respecto a los demás. Al menos esa es mi concepción personal. Aquellos que ganaron tu confianza, seguramente la ganaron por su ética, es decir, por la forma es que decidieron vivir consigo mismo y aquellos que no, igualmente. Es la ética de cada quien la que dirige sus acciones respecto al otro, mal o bien, esa es la fórmula. La realidad de las personas se anuda, lía, ata, a su ética y moral. Cuando hacemos la vista gorda a eso estamos siendo coparticipes de hecho y eso es lo que poco a poco ha ido destruyendo la savia de la sociedad. 

Daze I
Ilustración Digital - Elio Montiel
A ti te toca ser fuerte a pesar de tus circunstancias actuales, no es simplemente decirlo como un consejo es porque las realidades son siempre mas duras de lo que parecen y hay que intentar llevarles ventaja fortaleciéndonos. 

En cuanto a los afectos, siempre estarán allí, porque a lo que verdaderamente tememos es al juicio de los afectos, juicio que no es otra cosa que egoísmo. 

Guarda esas palabras en tu corazón y serán una razón para fortalecerte. Vuela tranquila y siente los nuevos aires; cada día tiene sus 24 horas. 

Espero que descanses. 

Del otro lado de la línea, como un eco se escuchó. Gracias, también espero que descanses 



Elio Montiel para 

Píldoras para dormir conmigo mismo 

Junio 2020

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