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lunes, 17 de agosto de 2020

Un cuento de pollos


Libertad. Elio Montiel. Ensamblaje.Materiales varios
de reciclaje.
 37 x 57cm. 2018
Tocaron a la puerta de la casa repetidas veces con pausas aparentemente calculadas por la impaciencia. Al principio me dije que sería bueno esperar unos segundos a ver si eran ideas mías o si quien tocaba estaba realmente impaciente… Silencio.  De repente, una nueva arremetida contra la puerta y la voz rezongona de Momo que decía. Abre la puerta, sé que estás allí…

Reí. Sabía muy bien en mi interior que no podía ser otro que mi amigo Momo.

Al abrir la puerta, pasó directo a la sala y se apoltronó como de costumbre. Llevaba consigo un bolso deportivo y una bolsa plástica que contenía unos zapatos. ¡Me acaban echar de casa! Dijo sin mucho preámbulo. Pensé que seguramente había hecho otra de sus impertinencias. ¿Y tú que hiciste? Pregunté, esperando una medianamente entendible explicación. ¡Me fui! Respondió subiendo los hombros. A lo que me refiero es: ¿Qué hiciste para que te echaran de la casa? Repregunté, entendiendo que no lo había hecho bien antes, con Momo hay que ser muy específico. Bajó la cabeza y dijo. Mataron dos pollos para la cena.  ¿Y por eso te fuiste?  ¡Eran mis pollos! Pero Momo, si eso es la cosa más natural.  Respondí sin salir de una especie de sorpresa burlona. ¡Pero estaban vivos! Respondió molesto, casi como un niño. ¡Si! Igual que los que compras en el supermercado.

¡Claro, claro! Respondió irónico. ¡Anda ya! ¡Regresa a tu casa y no des la lata! No puedo… Dijo acomodándose aún más en la poltrona. …me dejé las llaves en el otro pantalón.

Momo. Dije pacientemente. Eso que has hecho no es de personas maduras. Vete a casa que seguramente estarán esperando que regreses mientras se ríen de ti… Pues que se rían, me importa un pepino. Escucha Momo…

Un día, un niño estaba con su abuelo a la orilla del mar y le preguntó:

Abuelo. ¿Qué es el atardecer? El abuelo se quedó viendo hacia el horizonte y le dijo. Es el mismo amanecer del día un poco más viejo que se prepara para enfrentar la noche. Tú eres como el amanecer. Dijo el abuelo. Yo en cambio soy como el atardecer. Cuando llegue la noche podré mirarla a la cara y decirle que he tenido un día hermoso, con muchas lecciones, aciertos y desaciertos, que no me llevaré mudanza alguna a la cama más que mis afectos… solo agradecimiento y tranquilidad, como esos colores que ves en el firmamento…

Si, entiendo. Dijo el pequeño

Sí entiendo. Repitió Momo. Abrió su bolso y sacó un pollo que había comprado en el super y lo dejó en el mesón de la cocina. Recogió sus pertenencias y al salir me mostró tintineando su llavero para luego decir. Yo quería esos pollos…

 

Elio Montiel

Para píldoras para dormir conmigo mismo

Agosto 2020


 

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