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miércoles, 20 de mayo de 2020

La Importancia del “Dar”



"Lay Down I" Foto intervención digital - Elio Montiel
Regresé a casa después de un paseo por las costuras imaginarias de una ciudad en otros tiempos posible, humana. No había sido una caminata muy larga, a penas unas tres cuadras de ida y tres de venida, sin embargo, me sentía fatigado cuando lo normal es que me sienta más activo después de caminar. 

Al observar el teléfono me di cuenta que tenía un mensaje en la contestadora. Me senté para escuchar el mensaje y luego continuar con las actividades que me había propuesto. Al final de escuchar el mensaje decidí responder la llamada… 

Una voz a lo lejos, sosegada y tranquila decía… Sé que le hubiese gustado que te informara. Te quería mucho, y los últimos días no paraba de hablar de la conversación telefónica que habían tenido el mes pasado. Era quizás su forma de decirme que estuviese tranquilo. 

Un silencio a gritos ocupo la línea, como en una espera angustiosa. ¿Había mas que decir? Me pregunté. 



Le réferi que aquel día, le conté la historia de un chico que al regreso de una pequeña fiesta escolar volvió con el regalo que había preparado para un intercambio entre sus compañeros de salón. Su hermano que había ido a recibirlo a pocos metros de la escuela, le preguntó extrañado por qué había regresado con el regalo que iba a obsequiar. El pequeño respondió que su compañero no lo había querido y decidió quedarse con el humilde juguete que había llevado y con el que regresaba jugando entre sus manos. A primera vista el hermano pretendió ignorar el hecho hasta que el pequeño dijo de manera inocente, que su compañero había llevado un camión de bomberos, pero que al final no lo quiso cambiar… El hermano, un poco mayor le dijo, ocultando la tristeza en su corazón, que eso no importaba, que lo importante era que el estuviese contento con el juguete que se había quedado. El pequeño sin distraerse un momento del juguete le dijo muy seguro. Sí! Así los dos se fueron de regreso camino a casa. 

A veces es tan difícil entender lo transitorio de la vida que nos olvidamos de apreciar lo valioso o verdadero. Lo digo porque te escucho tranquilo al teléfono y eso me dice que podrás continuar con fuerza, aclaré. 

Ese día también ante sus preocupaciones le dije: “Uno da hasta donde puede, más, es simple arrogancia. Dar lo que no se tiene, es simple ignorancia y dar menos de lo que se puede, es apego. No dar, no significa necesariamente egoísmo, a veces por no decir siempre, significa enseñar. La felicidad es saber cuándo y de qué desprenderse…

La voz al teléfono me dijo: Fueron sus palabras al despedirse. Gracias por devolver la llamada. Dijo de una manera cálida. Guardaré tu número para saludarte de vez en cuando. 

Seguramente y hasta que pueda, aquí estaré. 



Que descansen 

Elio Montiel 

Para Píldoras para dormir conmigo mismo 

Mayo 2020 



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