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jueves, 29 de septiembre de 2016

EL ESPEJO TAPADO

Con frecuencia recibo llamadas de personas amigas  que me relatan con respetada confianza sus circunstancias personales. No siempre había sido así, hasta que un buen día tomé la decisión de aprender a escuchar, aunque sé, que todavía hablo mucho.
Me narraba este amigo una circunstancia en la que no se reconoció así mismo una vez reflexionadas sus acciones, - ¡No entiendo como pude actuar así! Yo, no reacciono de esa manera… insistía sorprendido mientras me contaba aquello que por su agitación me dejaba ver el impacto que le había causado su actitud.
Comencé diciendo; - A veces es bueno redescubrirse aunque sea en situaciones en las que al parecer la razón no está de nuestro lado, o incluso cuando aun teniendo razón, reaccionamos de manera distinta a como quienes nos rodean están acostumbrados.
Conocerse a uno mismo es un aprendizaje continuo, vamos descubriéndonos a cada paso que damos, permitiéndonos así ir asimilando quienes somos. Como seres humanos estamos dotados de distintas facetas que se revelan según las circunstancias y como todo aprendizaje a veces no es tan agradable. Lo cierto es que somos una unicidad compleja, es decir, somos quienes somos y debemos aprender a vivir con eso sin relegar a un segundo plano la responsabilidad que tenemos de corregir o mejorar quienes somos.
Cuando nos ocurren situaciones que por distintos factores, llámese miedo, desconocimiento, carácter, no sabemos cómo manejar, activamos respuestas que muchas veces nos pueden resultar un tanto distintas a como suponemos. La novedad que cada circunstancia negativa o positiva posee, se convierte en maestra de nuestra personalidad.  Lo importante es que tanto podemos aprender de ello y que tanto podemos mejorar.
Si bien deseamos ser personas de integridad, ajustados a la moralidad aprendida y la ética forjada por nuestros principios y valores, también es cierto que en nuestros corazones coexisten simultáneamente lo negativo y lo positivo, negarlo significaría negarse a uno mismo descaradamente, es como tapar un espejo para no ver nuestra imagen reflejada, no obstante el reflejo nos alcanzará cada vez que no enfrentemos con respeto a lo que somos. Si de manera inesperada reaccionamos de forma negativa y no entendemos claramente lo que eso significa porque contradice aspectos nuestros con los que hemos convivido a lo largo de ese grandioso aprendizaje y auto conocimiento, no significa que eso no forme parte de nosotros mismos, por el contrario, es también una parte de lo que somos que amerita de nuestra atención para transformar y enriquecer al individuo que queremos forjar y sostener de manera coherente.
Mi amigo inmediatamente me preguntó ¿Quiere decir que eso que desconocía de mi, también soy yo? ¡Correctamente! Respondí. Solo que es tu decisión desconocerte, que sería igual que negarte o permitir que ese nuevo Maestro despierte tu deseo de seguir siendo un mejor ser humano.
Luego de nuestra conversación. Mi amigo se fue bastante sereno y confiado…

Feliz Noche y que descansen.

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