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jueves, 29 de septiembre de 2016

Quitarle peso




Cuanta veces hemos cruzado por una calle sintiendo el peso del maletín, la cartera, las bolsas del supermercado, el niño aún de brazos, o sencillamente el peso de algo que nos afecta de alguna manera, una palabra no dicha, un comentario fuera de contexto, y lo bien que se siente cuando dejamos el maletín a la entrada de la casa, o la cartera, o las bolsas del mercado en el comedor, o al devolvernos para decir aquello que queríamos decir y pedir disculpas una vez reconocido el error.
En mi teoría particular, el infierno es aquello que nos comprime mientras intentamos luchar contra él; es todo aquello que busca abrazarnos hasta la asfixia, sin saber, que el mejor secreto para liberarse es... dejar fluir los eventos en tanto vamos aprendiendo de ellos.
Cuando la vida nos presenta dificultades, no nos está obligando a ellas, simplemente nos ayuda a probar cuan excelentes somos, cuanto podemos hacer por nosotros mismos. Quitarle peso a las vicisitudes, en otras palabras, es tomar la decisión de que las cosas fluyan para que nuestra sabiduría interior aporte las soluciones, nos de las escaleras para alcanzar las altas montañas que son nuestros problemas y hacer patente nuestro compromiso de ser felices.
Quitarle peso a los problemas nos permite ver con claridad. La furia, la autocompasión y la desesperanza ciegan la sabiduría que todos poseemos, sin embargo es algo que se práctica. Inténtalo hoy, mañana y siempre; así verás como aflora en ti la sabiduría y la paz interior

Elio Montiel

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