Le decía a un amigo que me parecía importante
el hecho de que un ser humano recibiera el reconocimiento a sus actividades y
acciones concretas con el Premio Nobel. También, de cómo todas esas personalidades
permanecían prácticamente anónimas al mundo, salvo en las ocasiones en que eran
nuevamente llamados como referencia en sus propios círculos de acción, las
controversias generadas por sus opiniones y posturas frente a situaciones
suscitadas en el acontecer mundial, referencia académica y en otros casos por
su desaparición física. Este amigo me explicaba que de alguna manera esos
premios respondían a intereses particulares, políticos y muchas veces hasta por
no dejar vacíos en la historia del premio.
Pensé entonces que era muy triste
que aquellos que de alguna manera marcaron un hito en la vida de la humanidad,
se prestaran exclusivamente para eso y aun más triste me pareció que aquellos
que en algún momento confiamos en la relevancia de dichas personalidades
descubriéramos al final que habíamos sido timados, defraudados.
La auto realización es un proceso
íntimo que sólo es advertido por otros cuando se manifiesta a través de valores
en la vida de quien logra ese objetivo personal como una causal para un
objetivo mayor. Es quizás aquello que motoriza indefectiblemente la humildad y
el deseo de generar tal proceso en otros…
y que obliga a manifestar actitudes distintas frente a situaciones
complejas, a reflexionar antes de hablar, admitir y reconocer esa actitud en
otros de manera constante, omitir
juicios sin valor, mantener e inspirar el profundo deseo de continuar
evolucionando en ese proceso; crear
valor de la nada y sostener tales
valores y actitudes en el tiempo haciéndolas su propia piel.
He tenido la oportunidad de
percibir eso en muchas personas a las cuales
admiro. Desde luego, no han ganado el premio Nobel, ni siquiera han
estado nominados y quizás nunca lo estén, pero de lo que si estoy seguro es que
son personas que dejan una huella imborrable en las vidas de muchos otros, que
conversan contigo en el día a día y te dan lo mejor de sí a cada instante. No
han necesitado el Nobel para ello, simplemente han crecido de manera increíble
desde su propia realidad. Creo firmemente que todos podemos.
Que descansen… Buenas noches
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