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martes, 11 de febrero de 2014

Decidir ser feliz





Suelo salir temprano a tomar café cerca de la casa y con cierta frecuencia me encuentro con vecinos que con el tiempo se han convertido en amigos de conversación, de compartir la cotidianidad y discutir sobre temas sencillos donde cada quien, de manera “exprés” opina y genera un dialogo cordial sin grandes pretensiones.
Una de estas mañanas, me encontré con uno de ellos, quien aireando el cigarrillo que tenía en la mano dijo: - ¡No sé si será verdad o no! Pero de igual manera me da envidia. ¡Yo te veo y siento que eres, feliz! ¡Aclaro! no sé si será verdad o mentira, pero te veo y te veo feliz.
Mi primera reacción fue reír y luego le respondí: - Quizás porque creo que la felicidad no es un estado concreto, sino una decisión personal. Se quedó sonriendo, mientras yo regresaba a casa con mi café en la mano, reflexionando sobre lo que había respondido. Fue interesante descubrir en mí, una característica a la que no le había hecho mucho caso y es que ante circunstancias difíciles, he tomado la decisión de seguir adelante. ¿Seguir adelante es ser feliz? Me pregunté.

La vida para mí ha estado llena de decisiones, como para muchas otras personas. Algunas difíciles, fáciles otras, pero decisiones que aunque por pequeñas que sean siempre han marcado mi vida y dejado algo importante, mínimo una enseñanza, que acumulándose a otras experiencias me han permitido decidir por mí.  ¿Es eso felicidad? Creo firmemente que siempre hay dos caminos para escoger, algunos escogen el camino difícil otros el camino fácil, en realidad no importa cual escojas cuando las circunstancias exigen decidir, lo importante es tener en cuenta que la decisión de ser feliz en cualquier circunstancia, no tiene que ver con lo negativa o positiva que sea la situación que se atraviesa en tu camino, sino con la decisión de avanzar, a pesar del compromiso que las circunstancias representen.
De igual manera podemos decidir cómo queremos ver la vida, nuestras  relaciones con los demás, así como aquello que consideramos un reto o un problema. El clima de la vida puede brindar suaves brisas o grandes tormentas, todo dependerá de la forma en que elevas la mirada hacia el cielo… hacia ti mismo. Hoy decidí darle la razón a mi vecino.

Buenas noches, que descansen.

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