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martes, 11 de febrero de 2014

El Laberinto




¡Tengo problema! Y le respondí ¡yo también! Pero ¿cuál es la diferencia entre tus problemas y los míos? Los míos, son muy grandes, como inmensos muros que parecen crecer a medida que intento trepar por ellos. Me dijo: Si, entiendo, de igual manera tampoco veo la salida… Argumente, si son tan grandes ¿cómo es que estamos aquí? Respondió: No te entiendo. Le dije que probablemente, eso era lo más importante. Existe un lugar, aquí, justo ahora, donde podemos detenernos para marcar la dirección hacia donde queremos ir, el avance que tengamos dependerá de ese aquí y ese ahora de lo que estamos viendo y no de lo que queremos ver más allá de esos muros.
Nuestros miedos, son los principales colaboradores en la ficción de la realidad, en algunos casos es tal su destreza que nos permite creer que esa ficción es la realidad, desviando nuestra atención hacia cosas que realmente no existen. Esa ficción de la realidad encapsulada por nuestros miedos nos expone con nuestras debilidades ante situaciones que parecen imposibles de resolver, pero siempre existe un claro dentro de esa maraña de oscuridad y de eso se trata el aquí, lo que está en tu corazón, queremos resolver los imposibles desde la ficción de nuestros miedos y no desde nuestro corazón. Es un laberinto donde el gran Minotauro es el mejor amigo que desea ayudarnos a salir sin problemas de tal dificultad o el dragón de siete cabezas que desea alimentarnos para que podamos vivir. Parece imposible creer que esto sea así, sin embargo, se repite una y mil veces a lo largo de nuestra vida.
El corazón es el aquí, es sinónimo de coraje, es donde se encuentra la valentía para dar un paso a la vez en cualquier circunstancia. Es la clave para entender que nuestra realidad, muchas veces es sólo una ficción creada por nuestros temores y que estos nos impiden captar que nuestras debilidades no son otra cosa que fortalezas en proceso de desarrollarse en nuestras mejores herramientas para combatir nuestros miedos. De allí que sea tan importante el ejercicio constante de fortalecer nuestro corazón porque de esa manera fortalecemos, el valor, el respeto a nuestra vida y la esperanza para ser cada vez mejores.
Buenas noches… que descansen…

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