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martes, 11 de febrero de 2014

Los nombres de los árboles y la diversidad





Cuando chico solía decir que de volver a nacer  me gustaría conocer todos los nombres de los árboles, una ilusión quizás, o tal vez no querer aprenderlos justo en esta existencia. Sin embargo, y después de muchos años tropecé con el concepto de respeto a la diversidad, es decir, apostar a la importancia del otro sin distinguir esos rasgos que tomamos como escusa para establecer diferencias, construir nuestras murallas y alimentar a la bestia de la individualidad.
Fotografía: Elio Montiel
Sí, ¡sé que lo están pensando! Y no niego que al igual que Usted querid@ amigo@ lector@, establezco mis vínculos de acuerdo a mis preferencias, gustos y... ¿por qué no decirlo? A mis propias necesidades y pasiones ¡ah! ¡Y no por eso me siento mal conmigo mismo o transito por un insondable y profundo sentimiento de culpa!
La diferencia consiste en que si pongo a un lado mis preferencias, gustos, pasiones y etcéteras, me encontraré con las manos vacías de indicadores o escalas que me permitan establecer esa diversidad existente, incluso la mía propia, lo cual tampoco es bueno, nada sano; estaría desprovisto de cualidades que me diferencian y me hacen un individuo único, por lo que tengo valor e identidad.~
Al sumar mis palabras, el resultado es que son importantes las diferencias, éstas hacen individuos únicos, exquisitos, con identidad, como árboles en el inmenso bosque de la vida, pequeños o grandes, frondosos o escasos, en fin… diferentes.
El punto hay que ponerlo en que lo que podría acercarnos en esta vorágine de diferencias, es el respeto que podamos brindar al otro, y no olvidar agradecerle que existe pues es gracias a él que cada uno de nosotros es diferente y para lograrlo, necesitamos sentir un profundo respeto por aquello que también lo hace único e irrepetible a él.
Buenas noches y que descansen.

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